Simba: (Primero se
sube a la roca para mirar el amanecer. Después, vuelve corriendo hacia donde la
manada entera está durmiendo. Va saltando a las leonas y pisa sin querer a
alguna, que se molesta.) ¡Ay, lo siento! (Llega a donde están sus padres y grita). ¡Papá, tenemos que irnos!
¡Despierta! (Espera unos segundos y no se
despiertan). ¿Papá? ¡Papá! papá, papá, papápapápapápapá papá.
Mufasa: En la madrugada es tu hijo.
Simba: Papá, ¡vamos papá! (Le zarandea para que se despierte y Simba se cae hacia atrás). Me
lo prometiste.
Mufasa: Hmm, bueno, está bien, está bien... ya voy, ya voy.
Simba: ¡Síííí! (Dando
vueltas con los brazos abiertos, muy contento).
(Suben a la roca, desde donde se alcanza a
ver todo el reino. Simba va corriendo y dando saltitos alrededor de ellos y los
padres caminan más despacio. Sarabi le hace una caricia en la cabeza a Simba y
se queda más atrás.)
(PISTA
2)
Simba: ¡Vaaaaya! (Mirando
de un lado para el otro todo el horizonte con la mano a modo de visera).
Mufasa: El
tiempo que dura el reinado de un rey asciende y desciende como el sol. (Pausa
larga). Algún día, Simba, el sol se pondrá en mi reinado (pausa) y ascenderá siendo
tú el nuevo rey.
Simba: ¡¿Y todo esto será mío?! (Señalando todo el
horizonte).
Mufasa: Todo, hijo.
Simba: (Paseándose por la roca de un lado a otro por
delante de Mufasa). Todo lo que toca la luz del sol, pero... (Pausa larga en la que se sienta y señala
una esquina) ¿Y ese valle de sombras? (Mira
a su padre).
Simba: (Se levanta) Creía
que un rey podía hacer lo que quisiera.
Mufasa: Oh, ser rey significa mucho más que salirte siempre
con la tuya, Simba.
Simba: ¿Haaay mááás?
Mufasa: (ríe y lleva a Simba a caminar por todo el lugar)
Simba, (pausa larga) todo lo que ves se mantiene unido en un delicado
equilibrio. (Los antílopes van saltando alrededor). Como rey tendrás que
entender eso y respetar a todas las criaturas, desde la pequeña hormiga hasta
el veloz antílope.
Mufasa: Sí Simba, verás, te lo voy a explicar. Al morir
nuestros cuerpos alimentan la hierba. Los antílopes se comen la hierba. Así
todos estamos conectados en el gran ciclo de la vida.
Antílopes: Yo jamás lo habría explicado mejor. Sí, sí, la verdad es que dicho así suena perfecto. A mí me ha convencido, ahora lo veo todo mucho más claro.
Antílopes: Yo jamás lo habría explicado mejor. Sí, sí, la verdad es que dicho así suena perfecto. A mí me ha convencido, ahora lo veo todo mucho más claro.
Zazú: ¡Buenos días alteza! Me presento con el informe
matutino.
Zazú: (Salen las
jirafas). Tiene usted reunión con la alta sociedad de las jirafas, que todo
lo quieren ver.
Jirafas: Tenemos un cuello y una lengua muy larga, para ver
todo desde arriba y llenar nuestra barriga.
Zazú: (Salen los
elefantes). Los elefantes aún se
acuerdan de que usted les prometió
darles pastos más verdes.
Elefantes: Lo que se nos promete una vez, no se no
se nos olvida en toda la vida.
Zazú: (Salen los
monos). He revisado la solicitud de los monos y déjeme decirle que no
tienen nada claro, siempre van por las ramas.
Monos: ¿Por dónde quiere usted que vayamos?, en las ramas
de los árboles tenemos nuestra vida, y no nos cambie de tema, ¡que nos liamos!
Zazú: (Salen los leopardos) Los leopardos están molestos
porque no se les quitan las manchas; les dije que lo olvidaran pero no pueden. (Simba
da pequeños saltos, tratando de cazar una mariposa)
Leopardos: A todo el mundo les encanta nuestra
piel, pero seguir con todas estas manchas nos parece un poquito cruel.
Zazú: (Salen Timón y Pumba) Además tenemos a dos individuos que van a su bola, no siguen a su manada ni nada de nada.
Zazú: (Salen Timón y Pumba) Además tenemos a dos individuos que van a su bola, no siguen a su manada ni nada de nada.
Pumba: (Se dirige al público)¿Sabéis qué es lo peor de ir en un barco sin Timón? (Silencio para que piensen).
Timón: ¡Pues que tampoco va Pumba!
Mufasa: Simba, ¿qué haces? no, así no, déjame enseñarte.
Zazú voltéate.
Zazú: Sí, bueno. Además las leonas quieren apuntarse a
dibujo, y les dije que es imposible.
Leonas: Nosotras tenemos mucho arte, somos buenas pintoras,
y de eso tienes que acordarte.
Zazú: ¿Pero de dónde vamos a sacar pinceles y pinturas
para todas…? ¿No preferís dedicaros a cazar? ¿Perdón, qué está pasando?
Mufasa: ¡Salto sorpresivo!
Zazú: Salto... ¡¡¡sorpresivo!!! Ay no alteza, es tan
humillante. (Sorpresa y angustia de Zazú, Mufasa le susurra algo a Simba)
Zazú: ¿Mufasa?, ¿qué le dices, Mufasa?
(Simba
da un grito casi en el aire y logra tumbar a Zazú. Al otro lado del escenario
se ve a las hienas acechando a un topo, quien logra burlarlas para ir a
reportar el hecho.)
Mufasa: ja ja ja ja ja
Topo: Zazú, noticias subterráneas...
Mufasa: Zazú, llévate a Simba.
Simba: Papá, ¡quiero ir!
Mufasa: Esta vez no, hijo.
Simba: ¡Ayy! nunca puedo hacer nada.
Zazú: Ay, Príncipe Simba, algún día será rey y podrá
perseguir a esos animalejos roñosos y torpes desde el alba hasta el anochecer.
Hienas: ¿Estará hablando de nosotros? No creo, ¡ya le
gustaría a este pobre gatito perseguirnos! Ja ja ja.